Remontándonos muy atrás en los inviernos de esta ciudad, que se caracteriza por sus áridos veranos y cada vez más cortas pero maravillosas primaveras y sutiles otoños, no se recuerda una nevada semejante a la que aconteció el mediodía de ayer y que tuvo a todo el mundo entretenido y especialmente a los niños. Además ocurría en una fecha de caracteres mágicos y con una curiosa relación con el mundo digital, ya que estaba compuesta de unos y ceros exclusivamente: Diez de Enero de Dos Mil Diez ( 10-01-10 ). Así que decidí grabar el acontecimiento y dotarlo de música original, incluyendo como soundtrack parte de la música que sirvió para defender el Máster en Música y Nuevas Tecnologías que realizé en Dublín en el 98, gracias a lo cual mi amigo y compañero Manuel Delgado, fotógrafo de pro de muchos de los mejores artistas y músicos del actual panorama andaluz y nacional, se fijó en ello y me pidió usarla para una promo de sus trabajos, a lo cual accedí de muy buen grado. Así, un trabajo que no ha visto la luz, como muchos otros en los que se derrocha energía, creatividad y esfuerzo, lo hace ahora y parece recién parido. Todo tiene su momento y al igual que la nevada, que estuvo esperando las condiciones adecuadas, las cosas y en especial la creación musical y/o artística, tiene también su momento para ser presentada a los demás y casi nunca coincide con las ganas del autor de ser conocida.
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