Impresiona la imagen de un instrumento tan bello como lo es una guitarra española, saltando en añicos bajo las órdenes del cerebro de Jose Antonio Rodriguez y a instancia de la inagotable y admirable creación de un artista de la imagen como Tete Alvarez.
Inspirado en iconos musicales como The Who, Jimmy Hendrix o Nirvana, el resultado es una serie de frame to frame acción donde el artista destroza su instrumento contra una silla, también de madera y con estilo andaluz- español.
Según su propio autor:Inspirado en iconos musicales como The Who, Jimmy Hendrix o Nirvana, el resultado es una serie de frame to frame acción donde el artista destroza su instrumento contra una silla, también de madera y con estilo andaluz- español.
"Cuando, invitado por el Festival de la Guitarra de Córdoba, me propusieron participar en una exposición fotográfica sobre “aproximaciones visuales” al mundo de la guitarra, me planteaba cual era la imagen que tenía acerca del más popular instrumento. Lo primero que pasó por mi mente fue el fotograma, detenido en el tiempo, de Pete Townshend, guitarrista de The Who, quien al romper su guitarra contra el escenario llegó a convertir el sacrificio de este instrumento en una marca registrada.
Aunque también estaban presentes, al igual que en el imaginario colectivo, la imagen de Jimi Hendrix, el más grande, en el festival de Monterrey del 67 prendiendo fuego a la suya y destruyéndola contra el palco y los amplificadores como tributo a la gloría del Rock; la mítica portada de The Clash del no menos mítico London Calling con el bajista Paul Simonon, destrozando su guitarra en el escenario. La imagen, tomada por Pennie Smith durante un concierto en el Palladium de Nueva York fue elegida como la mejor imagen del Rock & Roll de todos los tiempos por un sondeo realizado por la revista británica Q en la que participaron algunos de los mejores fotógrafos del mundo. Trozos de la guitarra destrozada se encuentran ahora en exposición en el Museo del Salón de la Fama del Rock and Roll, en Cleveland, Ohio.
También flota aún en nuestras memorias la escena de Blow Up de Michelangelo Antonioni cuando el fotógrafo que encarna David Hemmings entra por azar a un antro rockero donde una banda, The Yardbirds, enloquece a los pelilargos presentes. El grupo toca un tema frenético, cuando uno de los guitarristas, Jeff Beck, tiene problemas con la amplificación y destroza su instrumento para luego arrojarlo al público. Todos se pelean por quedarse con los restos de la guitarra, pero el protagonista huye con el trofeo, perseguido por los fans.
Para Ritchie Blackmore, guitarrista de Deep Purple, era frecuente empezar a golpear su Stratocaster contra los Marshall a media actuación, romper el puente o sencillamente dejar sonar algunos grupos de notas mientras variaba su sonido a golpes con el instrumento.
Más cercano en el tiempo, Kurt Cobain, el líder de Nirvana ni siquiera esperaba a los bises para estrellar su Fender contra los amplificadores.
Estos y otros tantos son algunos ejemplos de acciones que con una clara intención iconoclasta se han prodigado a lo largo de la historia del rock.
Aunque al pensar en otro arte también de origen popular como el flamenco comprobé que esta actitud de tratar de destruir el icono no había sido todavía secundada.
Esta serie que presento no habría sido posible sin la participación del maestro José Antonio Rodríguez quien con su entendimiento ha aportado el toque necesario para la consecución de esta, su obra.
Agradezco también la aportación y conocimiento de José Carlos Nievas y la colaboración de la dirección y personal del Gran Teatro de Córdoba.
La serie Iconoclasia de Tete Álvarez forma parte de la exposición Una aproximación visual a la guitarra V.
Extraído de arsoperandi.blogspot.com
Aunque también estaban presentes, al igual que en el imaginario colectivo, la imagen de Jimi Hendrix, el más grande, en el festival de Monterrey del 67 prendiendo fuego a la suya y destruyéndola contra el palco y los amplificadores como tributo a la gloría del Rock; la mítica portada de The Clash del no menos mítico London Calling con el bajista Paul Simonon, destrozando su guitarra en el escenario. La imagen, tomada por Pennie Smith durante un concierto en el Palladium de Nueva York fue elegida como la mejor imagen del Rock & Roll de todos los tiempos por un sondeo realizado por la revista británica Q en la que participaron algunos de los mejores fotógrafos del mundo. Trozos de la guitarra destrozada se encuentran ahora en exposición en el Museo del Salón de la Fama del Rock and Roll, en Cleveland, Ohio.
También flota aún en nuestras memorias la escena de Blow Up de Michelangelo Antonioni cuando el fotógrafo que encarna David Hemmings entra por azar a un antro rockero donde una banda, The Yardbirds, enloquece a los pelilargos presentes. El grupo toca un tema frenético, cuando uno de los guitarristas, Jeff Beck, tiene problemas con la amplificación y destroza su instrumento para luego arrojarlo al público. Todos se pelean por quedarse con los restos de la guitarra, pero el protagonista huye con el trofeo, perseguido por los fans.
Para Ritchie Blackmore, guitarrista de Deep Purple, era frecuente empezar a golpear su Stratocaster contra los Marshall a media actuación, romper el puente o sencillamente dejar sonar algunos grupos de notas mientras variaba su sonido a golpes con el instrumento.
Más cercano en el tiempo, Kurt Cobain, el líder de Nirvana ni siquiera esperaba a los bises para estrellar su Fender contra los amplificadores.
Estos y otros tantos son algunos ejemplos de acciones que con una clara intención iconoclasta se han prodigado a lo largo de la historia del rock.
Aunque al pensar en otro arte también de origen popular como el flamenco comprobé que esta actitud de tratar de destruir el icono no había sido todavía secundada.
Esta serie que presento no habría sido posible sin la participación del maestro José Antonio Rodríguez quien con su entendimiento ha aportado el toque necesario para la consecución de esta, su obra.
Agradezco también la aportación y conocimiento de José Carlos Nievas y la colaboración de la dirección y personal del Gran Teatro de Córdoba.
La serie Iconoclasia de Tete Álvarez forma parte de la exposición Una aproximación visual a la guitarra V.
Extraído de arsoperandi.blogspot.com