Julián Salcines ha editado ´Marinas´, cinco piezas con la inspiración del mar.
Julián Salcines, compositor y profesor de música en su ciudad natal, Córdoba, ha publicado recientemente a través de la editorial de música Boileau su última obra, un conjunto de cinco piezas a piano, de estructura libre y de carácter romántico.
¿Cuántos años le lleva dedicando al mundo de la música?
Pues prácticamente desde los doce años. Toda mi vida dedicada a mi mayor vocación.
Su padre era también compositor, ¿se vio influido por esto?
Sí. Mi padre fue profesor en el Conservatorio Profesional de Música, y, asimismo, me vi influido por ese ambiente musical que respiré desde pequeño. Estuve apoyado por mis padres y, además, mi padre fue mi mayor artífice, el que me condujo por el mundo de la música.
¿Cuáles piensa que han sido sus músicos maestros?
Hay tantos genios de este arte... Chopin, Beethoven, Mendelssohn o Albéniz, fundamentalmente. Es de donde "he bebido siempre", mi fuente de inspiración.
¿A quién escucha en su equipo de música?
Ultimamente, además de los clásicos, me gusta también disfrutar de todo tipo de música que exprese, que sea melódica, que diga algo, como el jazz o el flamenco.
¿Qué supone para usted esta última composición, ´Marinas´?
Puedo decir que ha sido un paso en mi evolución. Ha sido más una liberación de espíritu que de composición, pero siempre con un gran respeto a los cánones musicales. Aporta sosiego, evoca una enorme tranquilidad, inspirada en una naturaleza que comunica con el hombre, dando lugar a la energía de la vida. Es una obra romántica que expresa ideas y sensaciones.
¿Cuál ha sido su principal inspiración?
El mar y su entorno. La doble vertiente de disfrute y contemplación. Además, he tenido la suerte de nacer en esta ciudad, repleta de célebres artistas y genios de la música a los que tanto admiro. Córdoba ha sido la cuna de increíbles compositores.
Como profesor, ¿le apasiona también el aspecto de la enseñanza musical?
La pedagogía es fundamental. Si uno está en una situación es porque lo ha buscado. Transmitir los conocimientos a los jóvenes es lo que llena, es lo que uno lleva dentro. Eso es la vocación.
¿Cómo definiría su estilo?
Romántico, sencillo e íntimo. No es grandilocuente ni despampanante. Cualquiera que aprecie la música puede captarlo.
¿Hasta qué punto los músicos cumplen una función social?
Personalmente, la vida no se entiende sin la música, la vida es música. Va implícita al ser humano. Incluso el gorjeo de los pájaros o el canto de los grillos lleva a veces un ritmo.
¿Busca comunicación con mucho público o llegar hondo a cualquier persona?
Debe transmitir y comunicar, hacer vibrar. En el momento que hay comunicación, el proceso de la música ha terminado, se ha cumplido el cometido.
Julián Salcines, compositor y profesor de música en su ciudad natal, Córdoba, ha publicado recientemente a través de la editorial de música Boileau su última obra, un conjunto de cinco piezas a piano, de estructura libre y de carácter romántico.
¿Cuántos años le lleva dedicando al mundo de la música?
Pues prácticamente desde los doce años. Toda mi vida dedicada a mi mayor vocación.
Su padre era también compositor, ¿se vio influido por esto?
Sí. Mi padre fue profesor en el Conservatorio Profesional de Música, y, asimismo, me vi influido por ese ambiente musical que respiré desde pequeño. Estuve apoyado por mis padres y, además, mi padre fue mi mayor artífice, el que me condujo por el mundo de la música.
¿Cuáles piensa que han sido sus músicos maestros?
Hay tantos genios de este arte... Chopin, Beethoven, Mendelssohn o Albéniz, fundamentalmente. Es de donde "he bebido siempre", mi fuente de inspiración.
¿A quién escucha en su equipo de música?
Ultimamente, además de los clásicos, me gusta también disfrutar de todo tipo de música que exprese, que sea melódica, que diga algo, como el jazz o el flamenco.
¿Qué supone para usted esta última composición, ´Marinas´?
Puedo decir que ha sido un paso en mi evolución. Ha sido más una liberación de espíritu que de composición, pero siempre con un gran respeto a los cánones musicales. Aporta sosiego, evoca una enorme tranquilidad, inspirada en una naturaleza que comunica con el hombre, dando lugar a la energía de la vida. Es una obra romántica que expresa ideas y sensaciones.
¿Cuál ha sido su principal inspiración?
El mar y su entorno. La doble vertiente de disfrute y contemplación. Además, he tenido la suerte de nacer en esta ciudad, repleta de célebres artistas y genios de la música a los que tanto admiro. Córdoba ha sido la cuna de increíbles compositores.
Como profesor, ¿le apasiona también el aspecto de la enseñanza musical?
La pedagogía es fundamental. Si uno está en una situación es porque lo ha buscado. Transmitir los conocimientos a los jóvenes es lo que llena, es lo que uno lleva dentro. Eso es la vocación.
¿Cómo definiría su estilo?
Romántico, sencillo e íntimo. No es grandilocuente ni despampanante. Cualquiera que aprecie la música puede captarlo.
¿Hasta qué punto los músicos cumplen una función social?
Personalmente, la vida no se entiende sin la música, la vida es música. Va implícita al ser humano. Incluso el gorjeo de los pájaros o el canto de los grillos lleva a veces un ritmo.
¿Busca comunicación con mucho público o llegar hondo a cualquier persona?
Debe transmitir y comunicar, hacer vibrar. En el momento que hay comunicación, el proceso de la música ha terminado, se ha cumplido el cometido.
Info: Diario Córdoba, MAGDALENA CABELLO
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