"...tuve la suerte, la inmensa suerte de ver en directo en el gran teatro a uno de los mejores bajistas del mundo, Marcus Miller. La aparición del músico fue espectacular.
Fueron muchos los detalles a destacar de esa tarde, el magnífico saxofonista de unos 20 años que estuvo casi tres minutos afinando la chapilla de madera de su saxo hasta entrar en escena con una fuerza y una destreza increible.
Marcus, siempre pedía aplausos para él cuando terminaba sus solos.Fueron muchos los detalles a destacar de esa tarde, el magnífico saxofonista de unos 20 años que estuvo casi tres minutos afinando la chapilla de madera de su saxo hasta entrar en escena con una fuerza y una destreza increible.
Hubo un detalle curioso que llamó mi atención. Con el calor del gran teatro, el teclista, que era español por cierto, empezó a hacer un solo, que no le gustó nada a Marcus. En la siguiente vuelta, después de negar con la cabeza mirando al teclista (y este parándose en seco), presentó a todos los músicos menos a él. Un castigo que a muchos pasó desapercibido.
Marcus se despidió de todos dejándonos un buen sabor de boca. tocando el saxo tenor como un maestro.
Pero quizás lo sorprendente fue al final, cuando todos nos marchamos y salimos a la calle, vimos por una rendija que, después de dos horas de concierto más o menos, este gran músico, seguía con ganas de más música. En la habitación donde estaba, que se veía desde la calle había un piano, y el músico se puso a tocarlo. Se ve que no estaba para nada cansado. Quise inmortalizar el momento y conseguí hacerle a duras penas una foto.
Y es que quien lleva la música en la sangre, sólo descansa para cambiar de instrumento."
Pero quizás lo sorprendente fue al final, cuando todos nos marchamos y salimos a la calle, vimos por una rendija que, después de dos horas de concierto más o menos, este gran músico, seguía con ganas de más música. En la habitación donde estaba, que se veía desde la calle había un piano, y el músico se puso a tocarlo. Se ve que no estaba para nada cansado. Quise inmortalizar el momento y conseguí hacerle a duras penas una foto.
Y es que quien lleva la música en la sangre, sólo descansa para cambiar de instrumento."
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