Aquí, me he permitido el lujo de extraer esta interesante entrada del myspace de Tarik, buen amigo mío y del que gusta leer cosas como éstas.
"En mi humilde pero noble opinión, lo del programa ese de Factor X es una de las aberraciones televisivas más deplorables que he visto en mucho tiempo. Yo no sé en qué consiste el absurdo factor x ese que los juececillos dicen explorar en los candidatos (puede que no lo sepan ni los mismos que deciden si se tiene o no, me temo), pero lo que sí puedo afirmar es que, una vez más, la canalla que diseña los formatos televisivos busca vorazmente la audiencia de la forma más sórdida posible, en esta ocasión convirtiendo un concurso de aspirantes a profesionales de la canción ligera en un desfile de plañideras que, circulando vacilantemente ante las cámaras, hacen pucheros sin tregua mientras los realizadores buscan patéticos primeros planos a sus secreciones mucosas.
"En mi humilde pero noble opinión, lo del programa ese de Factor X es una de las aberraciones televisivas más deplorables que he visto en mucho tiempo. Yo no sé en qué consiste el absurdo factor x ese que los juececillos dicen explorar en los candidatos (puede que no lo sepan ni los mismos que deciden si se tiene o no, me temo), pero lo que sí puedo afirmar es que, una vez más, la canalla que diseña los formatos televisivos busca vorazmente la audiencia de la forma más sórdida posible, en esta ocasión convirtiendo un concurso de aspirantes a profesionales de la canción ligera en un desfile de plañideras que, circulando vacilantemente ante las cámaras, hacen pucheros sin tregua mientras los realizadores buscan patéticos primeros planos a sus secreciones mucosas.
Tampoco conozco la credibilidad profesional de la que hace gala el comité inquisitorial, un trío la-la-la al que, imagino, han dado la consigna de comportarse con aburrido sarcasmo ante los aspirantes incautos que suplican ser seleccionados. Mejor dicho, sí conozco a uno de ellos, y mucho me temo que los tentáculos de la televisión han debido burlar su inteligencia. Por cierto, se me ocurre —y quizá esto rescataría el espectáculo— un Factor X de juececillos, previo al de cantantes, en el que candidatos a miembros del jurado hacen lo posible por convencer de sus aptitudes a unos siniestros ejecutivos de televisión. Lo malo es que estos que han escogido como seleccionadores de carne de OTI no son ni lo suficientemente actores ni lo suficientemente cretinos como para salvar un programa donde —horror— pretenden erigirse en intérpretes principales.
Hoy parecía acaparar el protagonismo una juececilla con pinta de Dominatrix, vilipendiando cínicamente la dignidad de los atemorizados aspirantes (parecen, sin duda, seleccionar a los más asustadizos) a base de: 'Lo siento, no vales para esto, ya sabes donde está la puerta'; o lo que es peor: 'Lo siento, aquí buscamos artistas de verdad, así que…' (5 segundos de lágrimas y mocos) '…¡estás dentro!' (20 segundos de gritos, lágrimas y mocos).
Visto lo visto, me pregunto qué habrían decidido los juececillos ante el (ahora contrastado) talento de unos bisoños Bob Dylan, Lou Reed, Neil Young, Tom Waits, John Lydon, Kim Gordon, Jane Birkin… 'Es que nosotros no buscamos ese factor; buscamos el factor x', podrían replicar en su favor si se le expusiera ese hipotético escenario. Entonces, ¿qué maldita falta nos hace el jodido factor x?"
Info: Alvaro Tarik